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miércoles, 1 de octubre de 2014

Cervantes y don Quijote de la Mancha


¡¡ Buenos días!!

     Comenzamos este curso con un trabajito individual sobre el gran Cervantes y su obra maestra: don Quijote de la Mancha.

     Para ir abriendo boca, vamos a elaborar un texto en los ordenadores de clase en el que hablemos un poquito sobre Cervantes, como:





  • Lugar y fecha de nacimiento.
  • Su familia: nombre de los padres, los hermanos, los abuelos,...
  • Lugares en los que ha vivido y estudiado.
  • ¿Se casó? Datos de la esposa (nombre, edad, procedencia,...)
  • Obras más importantes que escribió.
  • ¿Ha muerto? Fecha y lugar del fallecimiento.


    Es decir, vamos a elaborar ¡su biografía! Para ello, quizás estos enlaces te puedan servir de ayuda:



   La segunda parte de este trabajo es aún más sencilla. Tendréis que buscar información sobre la obra de don Quijote de la Mancha, elaborar un resumen breve (media página como máximo) y después inventaros y redactar una aventura de don Quijote y Sancho Panza (en la otra mitad del folio).
No olvidéis ponerle título a esa aventura. Respetad la puntuación y usad diálogos.

   Para ayudaros a encontrar información sobre la obra, podéis pinchar en los siguientes enlaces:


Aventura de los molinos

Todos los capítulos del libro

 

 

 


Pero por si acaso, os dejo también una selección de fragmentos que os pueden acercar a algunos de los momentos o aspectos fundamentales de la obra, a pesar de lo difícil que me resulta seleccionar pasajes del Quijote, por aquello de que elegir unos supone desechar otros que sería también recomendable, interesante o divertido leer. En todo caso, si queréis, podéis empezar por alguno de estos. (Tomado de Teresa diente de león)

De la Primera Parte, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, publicada en 1605, podéis probar a  leer...:
  • El Prólogo  en el que Cervantes emplea el tópico de la falsa modestia (o quizás no tan falsa en este caso, porque él era consciente de que un libro paródico podía no ser tomado demasiado en serio, o incluso lograr el desprecio del "desocupado lector" al que se dirige). Y lo que logra aquí Cervantes con la maestría de su pluma es la complicidad del lector para que acoja de buen talante una obra sin la carga de erudición y seriedad que solía acompañar a los grandes títulos que se publicaban entonces.
  • Por supuesto, el primer capítulo, en el que asistimos al nacimiento del personaje de Don Quijote, que se hace a sí mismo imitando lo que él había leído en los libros de caballerías, fingiendo que la realidad imita a la ficción; en este caso, la vida a la literatura. Ye este juego entre realidad y ficción, o entre vida y literatura, será una de las constanstes y geniales hallazgos de la obra. Así que en En un lugar de la Mancha podéis leer la descripción del hidalgo manchego y el origen de su locura, y en Nacimiento de Don Quijote, conocer como nace el personaje.
  • En el Capítulo II asistimos a la primera salida de D. Quijote, en la que el personaje se va solo de su pueblo, y le habla a su narrador (ese "sabio encantador" que será "cronista de esta peregrina historia"... o sea, el propio Cervantes), consciente de que como caballero andante tendrá su libro de caballerías (que es precisamente el que este que estamos leyendo), y dispuesto a conseguir ser armado caballero, requisito para poder lanzarse a buscar aventuras por el mundo. Y continúa le juego, también parodia de los libros de caballerías, con esos "autores" que han escrito sobre Don Quijote, y que son la fuente que el narrador maneja para constar su historia
  • En ese mimo capítulo llega, por fin, D. Quijote, a una venta: lugar de paso para viajeros y de encuentro de multiples personajes, que tendrá un papel muy importante en una historia como esta, con un protagonista itinerante. Pero eso sí, D. Quijote la transforma, con su imaginación caballeresca, en un castillo, para regocijo del ventero socarrón que se encontrará en ella.
  • Y ese mismo ventero socarrón será el que lo arme caballero en el Capítulo III, y le hará las recomendaciones prácticas (llevar dinero y ropa limpia, por ejemplo) a las que nunca se alude en los libros de caballerías, pero tan necesarias, que harán volver a D. Quijote por primera vez a su pueblo, eso sí, para volver a salir de nuevo, a buscar aventuras, ya como caballero.
  • Tras su vuelta a casa, y mientras él duerme, sus allegados, preocupadísimos por la "chaladura" del maduro hidalgo, deciden poner remedio quemando lo que consideran su causa: la biblioteca entre cuyos volúmenes había perdido el juicio. Pero deciden hacer una selección en los libros antes de quemarlos, por si alguno pudiera ser salvado. Así, Cervantes va poniendo en boca del cura y el barbero una crítica de algunos de los títulos mas leídos y conocidos de su tiempo. Algunos, del propio Cervantes. Se trata del famosísimo y "donoso" escrutinio.
  • Don Quijote no ceja en su empeño: es más, decide buscar escudero, que era ya lo único que le faltaba para ser un caballero andante en condiciones. Y para tal puesto se busca a su vecino Sancho Panza, contrapunto genial y hallazgo feliz, clave para que la novela creciese por sí sola yendo mucho más allá del propósito inicial de su autor. Comienza así la divetidísima instrucción del campesino en el mundo caballeresco, y la sempiterna promesa de una ínsula que gobernar como futuro premio por sus servicios.
  • Y por fin, llega la primera aventura, que se ha convertido en todo un símbolo del personaje: la de los molinos de viento que D. Quijote cree  gigantes. Y el primer choque con la realidad, que el protagonista soluciona, como siempre en esta primera parte, con la misma imaginación caballeresca que lo había provocado.



  • Tras esa primera aventura, llega la segunda, en la que ya se ven implicados nuevos personajes: en este caso, unos frailes de San Benito, atónitos -y un poco asustados- ante  la figura del caballero que los toma por secuestradores de princesas. Aventura representativa de cómo suceden las cosas en esta primera parte: D. Quijote transforma la realidad, Sancho intenta inútilmente avisarlo y detenerlo, y finalmente, alguien -generalmente el pobre Sancho- se lleva algún palo.